POR QUÉ SE LAME LA HERIDA EL PERRO?
El perro se lame la herida porque no puede llorar.
Y por qué no se la lame el hombre?
Porque sus lágrimas son mejor cicatrizante.
Cuando lloramos lo hacemos por nuestras propias heridas,
ya sea sentados junto a la cama del enfermo o parados solos en el último jardín.
Lloramos por nosotros, no por el que se despide o se ha ido.
Lloramos por los vacíos que produjo en las mañanas,
por la ilusión perdida al llegar el medio día
y la intragable aridez del atardecer.
Lloramos en resumen, por lo que queríamos que fuera… y no fue.
Y aún cuando el recuerdo es grato,
lloramos por la perspectiva de la risa perdida,
por los brazos caídos,
por la mirada ciega,
por la presencia ausente.
Lloramos por nosotros, no por otro… y está bien.
Mis lágrimas de sal y agua lavan y purifican
cicatrizan desde adentro,
desde las oscuras cavernas en la profundidad de las heridas.
Arde, quema, duele, pica… la carne viva del corazón
que no cierra la herida falsamente, ocultando de momento la supura,
que luego habría de explotar en otra historia, transfiriendo inevitable el pus.
No, mis lágrimas de sal y agua se aseguran de llegar a todo pliegue del alma
y yo las dejo correr…
llenarán lentamente de comprensión los vacíos
y de compasión la aridez.
Escribo cada recuerdo de luces y de sombras
y dejo que el río de mis lágrimas, se lleve en el papel el dolor al mar,
y luego compro flores de todos los colores,
celebro lo vivido, celebro nuestro encuentro…
Yo no sería hoy-aquí lo que Yo Soy ahora,
si no fuera por su ayer…
CON GRATITUD