POR QUÉ SE LAME LA HERIDA EL PERRO?

El perro se lame la herida porque no puede llorar.
Y por qué no se la lame el hombre?
Porque sus lágrimas son mejor cicatrizante.

Cuando lloramos lo hacemos por nuestras propias heridas,
ya sea sentados junto a la cama del enfermo o parados solos en el último jardín.

Lloramos por nosotros, no por el que se despide o se ha ido.
Lloramos por los vacíos que produjo en las mañanas,
por la ilusión perdida al llegar el medio día
y la intragable aridez del atardecer.
Lloramos en resumen, por lo que queríamos que fuera… y no fue.

Y aún cuando el recuerdo es grato,
lloramos por la perspectiva de la risa perdida,
por los brazos caídos,
por la mirada ciega,
por la presencia ausente.
Lloramos por nosotros, no por otro… y está bien.

Mis lágrimas de sal y agua lavan y purifican
cicatrizan desde adentro,
desde las oscuras cavernas en la profundidad de las heridas.
Arde, quema, duele, pica… la carne viva del corazón
que no cierra la herida falsamente, ocultando de momento la supura,
que luego habría de explotar en otra historia, transfiriendo inevitable el pus.

No, mis lágrimas de sal y agua se aseguran de llegar a todo pliegue del alma
y yo las dejo correr…
llenarán lentamente de comprensión los vacíos
y de compasión la aridez.

Escribo cada recuerdo de luces y de sombras
y dejo que el río de mis lágrimas, se lleve en el papel el dolor al mar,
y luego compro flores de todos los colores,
celebro lo vivido, celebro nuestro encuentro…
Yo no sería hoy-aquí lo que Yo Soy ahora,
si no fuera por su ayer…

CON GRATITUD

LOS MAESTROS

Cuando veo esta palabra MAESTRO, mi mente inmediatamente produce la idea de una persona cuajada, en algún aspecto superior, con conocimientos y virtudes provadas, que se dedica en alguna forma a transmitir y compartir aquello que ha logrado hacer suyo con esfuerzo.

Hay ciertamente todo tipo de MAESTROS,  los del colegio que me dejaron huellas indelebles, los de los estudios superiores, de todo tipo, porque yo he estudiado muchas cosas en mi vida. Están también aquellos que me enseñaron cosas en forma práctica, desde freír un huevo, cambiar una llanta o un pañal, o cosas mucho más importantes y trascendentales como abrazar con el corazón, consolar con el alma, dar de besos con la vibración de todo el ser,  hablar y hacer desde la verdad, sanar y ser sanados desde el espíritu...
Estos MAESTROS, no siempre concuerdan con la imagen que produce mi mente, pero en cambio tienen caras, tienen nombre y apellido y definitivamente un lugar en mi corazón y mi memoria y vice-versa, yo estoy en sus corazones de seguro.

También hay aquellos MAESTROS  que enseñan con el ejemplo de esos tengo mucho, gente que anda por ahí en el mundo, sin saber lo que a su paso me ha dado, sin sospechar siquiera que algunos destellos de sus vidas, iluminaron mi ser haciéndome un poco mejor, enseñándome a pulir esto o aquello, y algunas otras cosas aún en proceso.

Pero tengo ahora un run-run en mi cabeza que se vuelca en estas letras...
Es el bullicio de otros muchos MAESTROS, (así en negrita), que hasta ahora he pasado por alto.
Son los que en algún momento de sus vidas, encarnan para mí eso que yo necesito ver más claramente para interiorizarlo, practicarlo intensivamente y hacerlo mío en tal forma, que quede incorporado al tuétano de mi espinazo y tatuado en mi átomo semilla.
Son los MAESTROS DE LO OPUESTO.  Esa persona que me saca de quicio porque es insoportable, que me hace practicar la paciencia;  esa otra que me parece que habla solo porque tiene boca, porque no sabe lo que está hablando, que me hace investigar los temas y hablar con humildad; la que me segrega porque no le caigo bien, o la que ni me mira porque le soy indiferente, que me retan a practicar el  no-juicio y el amor incondicional.  Y así, creo que estos son los más-más, porque de los otros he aprendido los conceptos, las generalidades, en cambio con estos he vivido las lecciones y he debido de asumir el reto de la perseverancia para siquiera acercarme al éxito.

Mis MAESTROS DE LO OPUESTO  están por todas partes, pero obviamente se arremolinan más en el entorno más cercano, porque es ahí donde se vive la práctica intensiva... en la familia... en el trabajo... con los amigos... pero creo que sobretodo en la familia,  por eso la familia tiene a veces tan mala prensa y se dice que uno escoge a sus amigos pero que con la familia estás ensartado.  Yo creo que es porque la savia de amor que corre por las venas de una familia, (aunque a veces esa savia esté tan escaza que no se vea ni se sienta, o tan poco enriquecida que no sirva de sustento, o tan contaminada que se siente como si ardiera)  esta savia, es el ingrediente esencial que nos hace "enganchar" con el tema que nos remueve los conchos, que nos vuelve locos, nos pone los nervios a flor de piel y nos tensa... y es así, en esa tensión que comenzamos a aprender... cuando nos vemos a nosotros mismos reaccionando frente al otro... cuando tomamos consciencia de qué es lo que nos produce el rechazo... es cuando comenzamos a aprender...  Primero aprendemos que ASÍ no queremos ser,  que ESO  no lo queremos en nuestra vida.  Algunos tendremos la suerte de lograr darle la vuelta al pastel, aprender de nuestros rechazos y carencias, para vivir y dar lo opuesto de lo que recibimos y nos sentiremos satisfechos por haber remontado el marcador... 

Pero yo he querido ir más allá...  he querido mirar de frente a los ojos del alma de mis MAESTROS DE LO OPUESTO y ver y comprender que hay ahí toda una historia... que hay ahí vacíos, miedos, dolores, inseguridades, que hay heridas y cicatrices... que cada quien es un mundo insondable con sus luces y sus sombras y que sus luces me iluminan algunas sombras y que son sus sombras las que me enseñan a tener más luz...

Gratitud, Comprensión, Compasión, Empatía, Sanación y Amor Incondicional son los retos que me proponen mis MAESTROS DE LO OPUESTO.
Y en el proceso voluntarioso de lograr el éxito, descubro lo impensable...    
YO-SOY-OTRO-TU...
Soy otro mundo del mismo universo... 
Soy otra estrofa del uni(co)-verso...


 Con Amor